Pues, leyendo lo que pones, Lupanar, ya sé en que se diferencian el padre de Josu Olazaran y el mío:
el mío se lo ha gastado todo y no me ha dejado nada (bueno, dijo Benito que he heredado su locura) y el de Josu Olazaran debe tener muchos euros en los bancos para dejarle.